Miro atrás y parece que fue ayer lo rápido que pasa la vida y lo rápido que se olvida. Parece ser que el presente es el único tiempo existente los recuerdos quedan y a pesar de que un año más es un año más un año menos sin haber vivido es simplemente un suspiro.
Una mochila y un bastón son hoy mis aliados en la carretera. Hace más de un año que deje la vida cómoda y monótona para enfrentarme a lo desconocido. Atrás quedó la Familia y los Amigos. Algunos me acompañan por internet y otros me llevan en el corazón e incluso alguno que otro ya ha venido a compartir viaje conmigo. Este camino requiere esfuerzo como todo en la vida. Hoy estoy aquí escribiendo pero ni siquiera se donde voy a estar mañana o en qué gasolinera pararé a comer algo. El saco de dormir es muchas noches mi única cama cuando mi culo no encuentra postura en los asientos de los buses y mi cabeza se balancea.
A veces pienso que no voy a ninguna parte pero hay otra parte de mi que me hace sentir vivo lanzándome adelante como un péndulo sintiendo así el mundo rodar. Quien ha nadado con tortugas gigantes y delfines y ha visto rostros tan bellos como puede dejar de hacer esto. Todo ensalza en su conjunto la belleza de este viaje y es algo tan simple como las personas que me voy encontrando en el camino. Nunca viajo solo siempre llevo un poco de todos y halla donde sople el viento o la tormenta acecha pase lo que pase mi alma estará acompañada.