Y para degustar la comida tradicional no había mejor manera que acercarse al Mercado del Puerto una vieja estación de tren construida en hierro forjado en cuyo interior se encuentra un antiguo reloj ingles metálico con su base de madera tallada y grandes ventiladores sobre el techo. Es un deleite entrar y ver la cantidad de restaurantes que ofrecen la gastronomía típica con todo tipo de carnes y cortes en los fogones de las parrillas que se cocinan allí mismo a la vista de todos. Nos parabamos primero a beber el famoso medio y medio» vino blanco medio dulce y medio seco» para después sentamos en la mesa a comer.