Era difícil adivinar como iba ser el viaje tal vez fascinante o tal vez desesperante , a medida que fue avanzando el día fuimos dejando atrás la carretera asfaltada y nos fuimos sumergiendo en una infinidad de altiplanos con diferentes tonalidades , por momentos la estepa era verde como una alfombra y la tierra disponía su peculiar encanto rodeada de gers a cada silencioso y largo paso .
Las horas pasaban y el poco espacio dentro la cabina invitaba a pensar que se avecindaba un duro y largo viaje , no me cansaba de mirar la monótona y interminable estepa , mis ojos veían mas allá de los sueños , era como el infinito de un mundo nunca visto de una inmensa fuerza rotatoria que te atrapa entre los polvorientos caminos que transcurren paralelos , por mas que te esforzabas en adivinar cual era el camino no había escapatoria el traqueteo era constante .
Es fascinante rodar sobre la nada , el echo de estar ahí en un mundo hostil y alejado de todo es suficiente motivo para comprender la importancia de este viaje tan diferente a todo lo vivido .
Fue de noche cuando hicimos la primera parada para cenar , en un pequeño reducto de casas dispuestas como restaurantes , me senté en la mesa junto a las dos chicas jovencitas , nos fuimos conociendo a pesar de que no había palabras y el choque cultural era bastante grande .
En la primera noche ya sentí la dureza del viaje , me toco en el lateral la chapa desprendía un calor asfixiante , mareante , tal vez era una parte del motor , no había espacio para moverse absolutamente nada , mis rodillas chocaban con las del señor mayor que precisamente era el mas corpulento de todos , fue horrible hay es cuando me di cuenta que pasaría las noches vagando por el infierno .
No hemos parado para dormir , la cabina del conductor refleja una luz roja toda la noche mientras suena la música repetitivamente , es la manera de mantenerse despierto , un descuido no nos sacara de la carretera por que no hay , precisamente eso lo hace mas peligrosa , un signo de relajación y puedes salir volando por los baches , no es fácil conducir en Mongolia pero si puedo apostar que ganaríamos nosotros mismos en el autobús a cualquiera de los pilotos participantes en el rally de Mongolia , ninguno conduce en la noche , estos chicos conocen los caminos como la palma de su mano y conducen las 24 horas a velocidades de rally y sin esfuerzo alguno aparente , precisamente fue en la mañana cuando nos cruzábamos con participantes perdidos preguntando el camino hacia Ulaambatar .