No conseguía yo transporte alguno para salir de Mauritania contacto el chico del albergue con un transporte que hacia la ruta paso a recogerme y desde Nuakchot atravesamos la frontera de marruecos hasta el Ayuun .
Era un largo viaje atravesando el Sahara occidental viajábamos siete en la furgoneta llegamos a la frontera de Mauritania tres kilómetros de tierra de nadie nos separaban hasta la frontera de Marruecos, esta pequeña franja no pertenece a ningún país, no hay ley alguna es una tierra abandonada y desamparada un cementerio de coches desguazados abandonados y quemados un camino de arena , piedras y desechos con diferentes variantes .
Debemos seguir las huellas, caminos marcadas por las ruedas de otros coches mas hacia afuera puede haber aun minas antipersonas .
Minas has dicho
No te preocupes eso fue en la guerra ahora no pasa nada, yo conozco este camino, es solo un mito .
Yo esquivo todas las minas .
legado de la guerra atravesando este trecho de tierra de nadie llegamos al puesto fronterizo de marruecos yo muchas veces viajo durmiendo ajeno a las cosas en ciertas ocasiones tengo ventaja es el piloto quien soluciona todos los controles una vez pasada la frontera de Marruecos el paisaje permanecía invariable siempre desierto un desierto interminable de dunas mas blancas paramos a dormir en una jaima al borde de la misma carretera tirados con unas esterillas en la arena al día siguiente arrancamos temprano llegue al Ayuun la capital del Sahara occidental en marruecos había cafeterías y restaurantes los hombres solían frecuentarlos compartí un par de días con un aventurero motero de palma de Mallorca cenamos juntos un plato típico marroquí ( Tajín ) fue la primera vez que lo había probado muy cerca de mi hotel había una compañía de transporte compre un billete y viaje hacia Essauira seguía yo con mi turbante en la cabeza no dejaría que el sol me castigara de nuevo lo había sufrido y estaba temeroso de recaer sonreía de nuevo y me sentía tan cerca de España tan cerca de casa, nada mas atravesar Bad Marrakect una de las tres puertas de la medina de la ciudad antigua de Essauria cantidad de sabores olores y nuevas emociones se me atravesaron al paso allá se alternaban las adoquinadas calles y callejuelas repletas de cafés, talleres, galerías, restaurantes y tiendas.
Un bastión muralla Skala de la Kasbad defiende esta ciudad en el siglo xviii una fortaleza amurallada con una batería de cañones de hierro españoles mirando al mar como defensa, por la amabilidad de la gente y la comida tenia otro motivo para descansar después de mi segunda etapa Africana, no tenia entonces muchas ganas de viajar por Marruecos me olvide de las mezquitas de las montanas de los desiertos y de los vientos alisios que azotaban en mi paseo por la extensa playa de Essauira me dedique solo a comer, a dormir y a pasear por el puerto no puedo olvidar mis sardinas a la plancha mis garbanzos, fabas y lentejas de la mama, mis aceitunas en mis días por Essauria un pueblo pesquero que me atrapo a mi llegada a marruecos .
De Essauira fui directo a Marrakets tomaba vida esta ciudad de cuentos de mundos mágicos y aventuras, la vida de Marrakets pasa por la plaza Jemaa El –Fena dominada no muy lejos por el Alminar desde donde el Almuédano convoca a los fieles musulmanes para la llamada de la oración, todo gira en torno a esta plaza encantadores de serpientes, danzantes, echadores de cartas del tarot, futurólogos, malabaristas, acróbatas, vendedores de zumos de naranja, cuentacuentos, todo es una algarabía al caer la noche y multitud de sabores, voces, olores y sonidos se mezclan en la plaza Jenma El Fena y al caer la noche la plaza se llenaba de vida me sentaba a escuchar historias de cuentos de mundos mágicos, una reunión de publico se focalizaba alrededor de una o varias personas , eran los Al-halqa los cuentacuentos maestros del arte de la narración un legado de sabiduría y cultura, la gente escuchaba abstraídos como si nada mas sucediese alrededor de la plaza sin entender yo el idioma me acercaba a escuchar sus historias era una escenificación con gestos casi olvidada unos cuentos necesarios para nuestros tiempos en la plaza Jemaa El-Fna .
Y sabia yo que estaba mas cerca que nunca de mi antigua casa mirando el mapa a unas horas de viaje de España era mi espíritu aventurero el que hablaba por mi y los pensamientos se sucedían en mi cabeza, viajar es como el amor solo puedes parar cuando te cansas de hacerlo, estaba ya tan cerca de mi sueno que tenia que ir a por el, quería conocer el continente Europeo mi ultimo continente de mi vuelta al mundo, que fácil parecía todo en aquel momento después de mi partida descanse en Marrakets por un tiempo antes de partir hacia Europa, me sentaba en el hostal como Fores Gan en un banco a contar historias y escuchaba la canción de Ha bibí Ha bibí que siempre estaba sonando en aquel hostal, turistas de todo el mundo llegaban a Marrakets yo estaba feliz y no podía contener esa sensación era como un niño al encuentro de los cuentos de Marrakets deseoso de acompañar a la gente en sus paseos igual que mi primer viaje estaba radiante despierto y lucido receptivo a las voces de los mercaderes árabes sabedores de idiomas y encantos, el Almuédano me llamaba era mi hora del Te esa desconocida bebida antes de mi partida ..