1 Anden , 11,40 mañana , el tren Astana-Aktau espera la salida , un tren verde reluciente a juego con el color de la estación , allí esperaba su salida mientras desayunaba en un banco de la estación , bien abrigado con mi pañuelo Afgano y la tranquilidad de quien sabe que ha llegado a tiempo como cuando mi abuelo me llevaba al colegio a la mañana temprano , en los vagones veo gente Kazaka , entre ellos solo Yo , extranjero que no entiende palabra alguna en este idioma , llevo en la mochila embutido , esta vez si bien preparado como buen Kazako que soy , pues 2 días en tren me espera sobre la nada , amanece un sol radiante, aunque frio , el cielo se muestra palidecido entre tan inmensa y basta estepa , ya son muchas horas las que llevo viajando y no hay nada , la estepa parece nunca tener fin ,los arboles suministran su sombra , sus frutos dan algo de vida indispensable a los que por aquí habitan , parece que no pueda existir un ser viviente aquí pero con el paso de las horas una pequeña luz de vida aparece en alguna de las estaciones donde el tren se detiene , allí esperan las señoras y ancianas con los carritos del bebe , viejos carritos de bebe de tela gastada y ferruginosos , de grises vidas , de agrios rostros y pieles curtidas , llenos los carritos de comida , tabaco , empanadas y algunas botellas de agua , cuando volverá a pasar otro tren , no hay absolutamente nada que pueda decir que veo cristalino , tal vez agua de algún lago o rio , solo en ocasiones nos encontramos el típico cruce de caminos , alguna carretera atraviesa la vía , tal vez suceda el milagro y algún auto se detenga , si es que coincide con el paso de esta sedienta locomotora , duermen mucho estos Kazajos de día , igual que la siesta española , no hay nada que hacer en estos pasajes salvo dejar que las letras escriban ahora que la » temperatypa del bator «, (temperatura del vagón) , lo permite .
Me traen los recuerdos de la India donde un viaje en tren era un infierno a veces , todo me parece tan lujoso aquí que las horas pasan lentas pero agradecidas , aprendí apreciar estas cosas en mi viaje por la India , todo es espacioso , cómodo , nuevo , viajar por estas tierras requiere paciencia pero la india y China me instruyeron en viajes por tren ,si a esto me refiero , asoma el cielo gris mientras los caballos pastan , por tramos el amarillo es reemplazado por negro como una mancha de oscuridad sobre la estepa , los arboles parecen ahora tiesos , sin vida y un oasis verde destella también entre todos los colores , siempre el amarillo intenso con el sol que hace que se confunda con arena del desierto al horizonte , tan cual espejismo óptico , pero el terreno es seco , no hago otra cosa que ver estos cambios de colores , la estepa sigue ahí horas tras horas .
2 gigantes duermen encima mía , 2 hombres rudos al estilo Jhon Waine , esbeltos como son estos Kazakos de la antigua Rusia , doblan sus piernas para no sacarlas de las camillas pues estiradas bien llegarían antes a su destino .
Es un viaje de recuerdos , tiempo para pensar , Australia me viene al recuerdo por su Extensión , por las horas y horas que al igual que aquí uno pasa , » sobre la nada » , tras la tibia noche en la cual no se ha oído murmullo alguno salvo el traqueteo del tren , algún descanso que otro en alguna parada , no hay nada que haya cambiado , la misma estepa nos da los buenos días , la misma que nos sigue desde nuestra partida , solo algún pájaro se manifiesta con chulería y en actitud desafiante , encima los cables del tendido eléctrico que nos persigue como un leopardo en la sabana africana , rápido , fugaz como se ven pasar desde la ventanilla del Baton o Vagón .
Hacia el otro extremo me dirijo, hacia el oeste donde pueda divisar por fin el mar, hacia el Mar Caspio en la provincia de Aktau.
Mas y mas estepa que aparece hasta donde llegan los limites de vista ,infinita , me imagino como es la dura vida de estas pequeñas aldeas que en ocasiones aparecen como pequeños pueblos , una muchacha sujeta una señal , situada cerca de la vida del tren mueve está dando indicaciones , ahí postrada de pie , en medio de la nada , un trabajo que no me imagino cuando tenga que esperar al tren con las bajas temperaturas de invierno .
La vida de las estepas, lugares deshabitados, de gentes Nómadas, de jinetes de la época de Gengis Kan, y yo viajo en un tren lujoso como no recuerdo en tanto tiempo, que contento estoy si es cierto en este viaje de sensaciones y recuerdos.
Veo algún vallado del cual cuelgan como ruedas de hierro, vallados que no serán para ahuyentar a los pájaros sino para protegerse del frio, para cortar el frio, palos pintados de blanco, curioso color brillante que parece delimitar algún terreno.
El aburrimiento de estos viajes es superado solo por aquellos que aman de verdad la tierra, aquellos que han puesto su pie en ella tantas veces con alma y huella imperecedera.
Y las letras escribían solas hasta que se armo el Belén , han llegado nuevos pasajeros los rudos y tranquilos hombres Kazakos se han ido , y de nuevo me toco el gordo de la lotería ,otra vez 3 hombres faltosos y borrachos todo el viaje bebiendo vodka , todo el día lo pase fuera de mi asiento ocupando algún otro asiento libre que había , por la noche al dormir me abrían la ventanilla , yo estaba en la cama arriba , justo enfrente , todo el frio me daba directamente en la cara , la cerraba pero se levantaban de nuevo , se encaraban ofreciéndome pelea , me daban puñetazos en la cama desde abajo , todo el tiempo , se volvían agresivos si volvía abrir la ventanilla , espere a que con la mona se durmiesen , una vez groguis en la noche pude cerrar la ventanilla , todo el santo día esquivando a estos salvajes hombres de la estepa , 1 día bueno 1 día malo , 2 días de viaje , mas de 2000 km atravesando la estepa Kazakstán , señores parada de fondo y viajeros al tren hemos llegado a Aktau .