Sijismo o Sikhismo es la religión de los Sijs, surgió a finales del siglo xv en Punjab, un área entre la frontera de Pakistán e India, como fundador se reconoce a Gurú Nanak el cual tuvo una infancia muy influenciada por el Hinduismo y el Islam. El propósito unificar las religiones cogiendo lo mejor de cada una, todas ellas son buenas, su fe profesa la igualdad y el servicio a los demás sin distinción, no hay sistema de castas, creen en la libertad de religión, el servicio comunitario y la inclusión. Es una religión monoteísta donde el hacer buenas acciones es importante para estar bien con Dios. El dios sin forma se encuentra entretejido dentro de cada corazón, y está descrito de manera distinta en cada religión porque las personas hablan a través de su experiencia personal o de lo que han oído, pero Dios solo hay uno, es ilimitado. A través de la humildad y el servicio desinteresado nuestra alma puede experimentar la fusión con el gran alma. El templo dorado Amritsar es el corazón del templo, construido sobre una plataforma en medio de un lago o estanque en el cual los devotos se pueden bañar y purificar, el templo es de oro macizo en todo su exterior y alrededor del mismo se construyó todo un gran complejo de mármol blanco. Tiene 4 puertas una a cada lado que simboliza la apertura de los Sijs a todas las religiones, no existen restricciones excepto las normas de conducta, como cubrirse la cabeza con un pañuelo, no usar zapatos, lavarse los pies a la entrada o beber alcohol.
Los Sijs llevan vistosos y enormes turbantes en su cabeza, la barba y el pelo largo sin afeitar, en su mano una pulsera metálica, una peineta de madera y sobre su cintura un sable o pequeño cuchillo daga.
Había llegado a Amritsar a hospedarme en su templo para comprobar si es cierto que reciben a todos por igual y así es, yo dormí en unas habitaciones que tienen adecuadas para los visitantes. Todos los días se dan unas 10.000 comidas diarias, y si uno quiere puede quedarse a almorzar, yo estaba allí sentado en el suelo de un gran comedor junto a miles de personas esperando mi bandeja de Dahl, lentejas, chapati, pan y agua. El templo se mantiene con la voluntad de los propios fieles. Todo este engranaje se hace en orden, rápido y bien organizado. Son los propios miembros de la comunidad, visitantes y turistas los voluntarios que trabajan ayudando en tareas como fregar o lavar los platos.