Compre el billete de bus Bamako (Mali) hacia Tambacounda ( Senegal ) 30 horas viaje , continúe Kolda , Zinguinchor y de ahí cruce hacia Guinea Bissau .
De Bamako ( Mali ) a Tambacounda ( Senegal ) fueron 30 horas de viaje , un transbordo antes y después de la frontera de 4 horas de espera , hasta la policía llego porque los autobuses de la compañía no salían , Tambacounda a Kolda con una carretera llena de baches y de ahí a Zinguinchor .
Cuando fui a la embajada de Guinea Bissau en Senegal ( Zinguinchor) el trato con el que me habían recibido no era el que estaba acostumbrado en otras embajadas entre en un pequeño despacho con un hombre amabilísimo que hablaba Portugués que al instante me dio la visa, no debía tener muchas visitas ese hombre que se sentía contento con mi visita, sobre la pared de su oficina tenia un cartel que ponía ( no busco ser melhor do que os outros , busco apenas ser melhor do que era omten )
Guinea Bissau fue colonia portuguesa hasta 1973 que firmo su independencia, una radio en portugués sonaba en el puesto fronterizo de Guinea Bissau escuchar portugués fue como sentirme de vuelta a casa el idioma me había trasladado por un instante a Brasil, esa melodía radiofónica donde sonaban las noticias, radiante de alegría había puesto los pies en ese país .
Me mandaron lavar las manos en un Bidón de agua un control de ebola Africano pasado el control subí de nuevo a mi coche, los ríos forman manglares y amplios estuarios cerca de la desembocadura, ríos navegables que sirven de arterias para el transporte, atravesábamos una llanura costera baja y pantanosa, manglares y selvas tropicales, un vacío de pureza y ritmo sosegado, el tiempo se había detenido en Bissau, un ritmo mas lento con grandes casas comunales con techo de paja y muchos puentes atravesando los manglares pero ningún coche, controles y mas controles policiales y como no el ingenio Africano unos niños con una cuerda nos cerraban el paso subían la cuerda cuando les dabas algo de propina, simulaban aquellos niños un control policial , así los niños se las ingenian en África .
Llegue a la ciudad y fui directo en taxi a buscar un barco hacia el archipiélago de Bigajos cuando los portugueses descubrieron este archipiélago los grupos étnicos que habitaban el archipiélago Vivian aislados del continente, casi sigue así de intacto a día de hoy, la única manera de llegar allí era un transbordador que salía desde la capital Guinea Bissau yo me aventure a llegar a aquel archipiélago casi desconocido hasta en el mapa .
No salía el barco aquel día del puerto, me mandaron a otro puerto, allí estaban las piraguas africanas varadas a la orilla del fango, el agua estaba baja y aquello parecía un cementerio de piraguas en vez de un puerto de salida, solo había aves revoloteando entre la basura y pescadores reparando las piraguas que no se podía salir fue la mejor noticia que me pudieron dar, allí estaba solo, que hacia allí me preguntaba ? realmente iba a subir a una de esas piraguas africanas y navegar hacia alta mar, regrese al centro y busque alojamiento, al final conseguí un buen lugar 16000 en el hotel jordano, en el menú tenia Feijoada para comer me chupaba los dedos con la Feijoada pero no era barato tampoco aquel país, la gente era maravillosa y había descubierto una joya de país , viejas calles anchas con edificación portuguesa, la tranquilidad de aquellas gentes, la vida pausada, tenia que alcanzar el archipiélago de Bigajos .
El archipiélago de Bigajos esta compuesto por dieciocho islas principales y decenas mas pequeñas casi desconocidas en el océano Atlántico, buscaba información de como llegar a una de ellas, una de las mas alejadas del archipiélago, una isla de la cual había escuchado historias y leyendas, la isla de Orango Grande una isla matriarcado donde las mujeres tenían toda la autoridad organizaban dirigían y gestionaban las leyes, las mujeres escogían a sus maridos depositando un plato de comida en la puerta de su casa un tradicional ojo de pescado el acuerdo del matrimonio era marcado por el comer de aquel pescado .
Quería alcanzar Orango Grande pero como alcanzaría Orango Grande una isla anclada y detenida en el tiempo .
En el Hotel me darían un contacto para llegar a Orango Grande, veía verdadera bondad en aquellas gentes, tal vez podría alcanzar Orango Grande primero tenia que llegar a Bubaque en ferri la isla principal de ahí en piragua hasta Orango Grande, un ferri por semana hacia la travesía de Bissau a Bubaque compre el boleto ese mismo día, era un viernes ( 6 feria ), cuando estaba dentro de un barco un hombre se me acerco
Eres Carlos ?
Si soy yo dije sorprendido .
Soy el hijo de Domingo, aquí tienes el contacto para Orango Grande .
No recordaba, había preguntado a tantas personas información que ya no sabia quien era ese tal domingo, me dio un papel con un contacto y un telefono
Domingo Monteiro ( irmao ) el mais bello residente de Orango Grande .
Mio Filho ( hijo) bonísimo Silva Monteiro, eso ponía aquel papel .
Guarde aquel papel y el ferri partió hacia Bubaque, era uno mas en aquel ferri, nadie me acosaba en Bissau fue una tranquilidad que me atrapo desde el primer instante, desde que había puesto el pie en aquel nuevo país, en seis horas había llegado a Bubaque, fue todo un acontecimiento la llegada del Ferri y en cuando baje del barco un jovencito se me acerco, yo pensé que venia a ofrecerme alojamiento pero era Silva Monteiro ( hijo ) me esperaba para acompañarme a Orango Grande, la piragua de Orango Grande partía al día siguiente Sábado, Monteiro ( hijo ) apenas hablaba era muy tímido y probablemente nunca había tenido contacto con un turista .
Orango Grande es una reserva nacional, aves migratorias, hipopótamos de agua salada, vida marina, jungla, playas y el tesoro mas preciado, los propios habitantes de Orango Grande .
Todos nos habíamos registrado en una caseta marítima para la salida, ya había sacado el billete, un chaleco salvavidas nos iban dando por orden de lista para subir a aquella piragua, así hasta que se completo la lista, una vez todos arriba partimos, unas cincuenta personas habíamos subido a la piragua y todo estaba en calma tras varias horas divisamos la isla de Uno y una tormenta de lluvia se nos echo encima en cuestión de minutos entonces perdimos toda visibilidad con las islas cercanas todo contacto con tierra navegábamos en un cielo nubloso en medio del océano, levantaba el aire el toldo que rebosaba de agua y se inundaba nuestra piragua iban achicando el agua afuera con calderos, litros y litros de agua se iban sacando de la piragua a caldericos esta se balanceaba de un lado a otro con el mar y se estaba inundando por todas partes, el agua subió rápido de volumen, llevaba yo mi chubasquero de manga larga encima el traje de agua, iba preparado, miraba a los lados y veía a los niños tiritando de frio imaginaba esta gente varados durante días en medio el océano con una gran tormenta, estas piraguas son con las que salen hacia Europa jugándose la vida, viajaba yo aquel día en una de esas piraguas hacia la isla de Orango Grande en medio de aquella tormenta alcanzamos la isla de Uno, hicimos una parada técnica para dejar mercancía y continuamos hacia Orango Grande era un paraíso aquella playa que se extendía virgen a lo largo de toda la isla, selvática y solitaria, había que bajar de la piragua caminando unos quinientos metros sobre la playa, todos caminaban por el agua con la mercancía sobre la cabeza y descalzos, me sentía yo como aquellos exploradores portugueses que habían llegado hace siglos atrás, escondía para mi cierto misterio llegar a aquella isla, Silva Monteiro ( hijo ) y yo habíamos llegado a la isla de Orango Grande, ni coches, ni motos, ni carreteras, ni ningún vehículo que circulase por aquella isla solo una moto de carga que se utilizaba para transportar los víveres y la mercancía hasta la Tabanca .
Dos grandes Tabancas ( poblados ) había en la isla de Orango la Tabanca de Ambuducu y Eticoga, un campo de futbol encontramos en el camino Silva Monteiro se detuvo y saludo a sus amigos que ya saltaban al terreno de juego acto seguido seguimos caminando y sobre veinte minutos llegamos a la Tabanca .
Al llegar a la isla sus moradores me recibieron con toda normalidad , todo esta intacto e inalterado, todo es una comunidad, la casa donde vivo es grande con varios espacios, es la casa de Domingo Monteiro ( irmao ) el mais bello residente de Orango Grande, Silva Monteiro ( hijo) y Yo compartimos la cama cuando me levante al día siguiente tenia todo el cuerpo lleno de picaduras de bichos, Silva Monteiro no tenia nada durmió al lado mío pero no tenia ninguna picadura a pesar de que hay una enorme antena en la isla nadie tiene electricidad ni luz disponíamos de una linterna para dar luz en nuestra habitación , Silva Monteiro ( hijo) escuchaba los partidos de la semana académica por la radio en diferido, el ya sabia el resultado .
Había llegado hasta aquí para conocer la historia de la isla la historia de Okincapanpa, la reina Okincapanpa, al lado de mi casa había un museo y nadie podía entrar sin el permiso del protector un anciano que lo guardaba, solo el tenia la llave, la puerta de entrada al cementerio de los reyes, solo el podía abrir aquella puerta y fui en busca del sabio anciano, allí estaba sentado a la puerta de su casa calzaba unas sandalias vestía una manta amarilla por encima de uno de los costados de su cuerpo y sobre su mano derecha sujetaba una lanza en pico de madera, sobre la izquierda un bolso de mimbre, americana negra debajo, camiseta blanca y un sombrero negro, se levanto el hombre para ensenarme el museo, caminaba renqueante aquel anciano con las articulaciones anquilosadas, se paro en la puerta y antes de abrirla me conto la historia de la reina Okincapanpa, le costaba hablar al hombre, la entrada era de madera con tallados y los campesinos llegaban a ofrecer ceremonias a la reina que murió en 1937, realmente no lo confirmo esta es la fecha estimada de su muerte, los colonos portugueses llegaron a la isla, la reina Okincapanpa hablo que no querían la guerra que va pasar con nuestros niños ?, con nuestras mujeres y ancianos , les ofreció llevarse bienes de la isla, los colonos portugueses aceptaron y se fueron a otras islas vecinas, todos en las islas vecinas decían lo cobarde que había sido la reina Okincapanpa lucharon entonces contra los colonos y todos murieron algunos se protegieron en la isla de Okincapanpa, los colonos volvieron a por ellos y la reina les protegió de nuevo les dijo lo mismo no queremos guerra llevaros todo lo que queráis, animales, comida, todo pero dejarnos vivir en paz, se fueron los colonos, esta fue la historia que me conto el hombre guardián de la llave del museo de los reyes, todavía siguen a día de hoy viviendo en paz en esta isla casi que no ha pasado el tiempo la vida sigue igual en Orango Grande y si bien las tradiciones antepasadas las tienen en cuenta y se respeta a las mujeres en aquel día me contaba Domingo Monteiro ( irmao) que ya no existía el matriarcado ni existía una reina en la isla ni tampoco hacían el ritual de escoger marido .
Abrió la puerta y ahí estaban las tumbas de familiares y reyes que se fueron sucediendo en el reinado, sepultadas en el suelo de barro con una cruz de madera, el primer rey fue Bancanhapan, Okincapanpa, Anne, Iandagha, Okincaganga, Ocwamia, Ocodokia, Paposseco todas estas tumbas había enterradas en aquel museo de la isla de Orango Grande.
Eran celebraciones en Orango Grande semana académica toda la gente bailaba en la Tabanca y sobre su cuerpo llevaban faldas de paja coloridas, iban bailando en grupo por el pueblo, hombres, mujeres y niños, estaban todos vestidos de fiesta, quise bailar un rato con ellos, las mujeres me abrazaban para sacar una foto conmigo, estaban todos contentos, les sacaba fotos con sus vestidos coloridos, los ancianos se sentaban apoyados a la pared de sus casas a la sombra de los techos de paja y los jovencitos salían a coquetear en la noche, yo dormía y esperaba a Silva Monteiro que llegaba de la discoteca de la Tabanca, los festejos continuaron unos días, caminaba un hombre a hurtadillas y en la mano llevaba una red que la lanzaba a un hombre que hacia de presa que estaba tirado en el suelo, jugaban a pescar y se divertían en el porche de las casas las mujeres hacían esterillas y redes yo me incorporaba por un tiempo, me sentaba al lado las señoras y apareció una de sus hijas que se quitaba inocentemente su camiseta, ella se tapo con naturalidad, no llevan sujetadores, uno termina en África acostumbrándose a esos cuerpos semidesnudos, siempre decían buenos días les encanta saludarse cuando se cruzaban por el pueblo, las grillas iluminaban el prado en la noche, estaban haciendo la cena en unas ollas a veces entraban en el comedor de mi habitación y todos nos sentábamos a beber cerveza casera, podía perderte por la isla todos los caminos llevaban a uno preguntaba y me guiaban, yo andaba arriba y abajo a mi libre albedrio y nadie me decía nada, llego la entrega de trofeos del campamento de futbol de la semana académica donde se realizo una recolecta para la hospitalización de un niño de la tabanca .
Es difícil para un occidental entender estos sistemas de comunidades , estos modelos de sociedad unidos, poblaciones pacificas con un patrón familiar claro, clanes donde se respetan a los mayores con economías de subsistencia ( pesca), Orango Grande era una isla diferente, una isla detenida en el tiempo, un lugar donde todavía se vive como Vivian en el reinado de la Reina Okincapanpa, una isla donde todas las personas son bondadosas, honestas y nobles era un huésped en Orango Grande y llegaba la hora de despedirse de aquella remota isla con un gran secreto sus habitantes o moradores .
Monteiro ( hijo) y Yo regresamos de vuelta a la isla de Bubaque un lunes hasta el Domingo no salía el ferri de vuelta a Guinea Bissau, el ferri solo salía una vez por semana, los Domingos, era demasiado tiempo para esperar el Ferri ya familiarizado con la piragua decidí embarcarme de nuevo en otra piragua una que salía entre semana el martes nos levantamos para salir pero se anulo la salida al día siguiente miércoles regresamos al muelle, todos esperábamos desde Bubaque la salida pero no tienen un horario fijo, las piraguas no salían hasta que recibieran la orden de control marítimos de Bissau, todo el mundo esperaba la notica por la radio de control, sobre las once del mediodía llego la esperada noticia el mar parecía calmado, fue la hora de despedirme de Silva Monteiro ( hijo ) navegue seis horas mas en una piragua Africana en medio del océano Atlántico y también esta piragua se inundaba achicaban el agua con botes o calderos ya era algo normal y no me asustaba , ningún contratiempo había llegado a Bissau había terminado yo aquel viaje al remoto archipiélago de los Bigajos .