Chichicastenango un pueblo indígena cerca de Antigua de etnia Quiché que se caracteriza por su riqueza cultural el colorido de los trajes típicos. Coincidió mi visita con un día de mercado cuando las paradas todavía estaban llenas de flores para las ofrendas. Subiendo las escalinatas en la parte alta de la iglesia se practicaban rituales con oraciones e incienso. Me detuve cerca de la base de la escalera en un área donde esparcen el humo de sus vasijas.
A pesar de la conquista española y la cristianización fue difícil despojar a los indígenas de sus creencias lo cual provocó una mezcla de tradiciones culturas. En los alrededores de la iglesia de Santo Tomás aún practican sus ritos. Pude observar la fe religiosa de los Quiché en la escalinata de la iglesia donde se hacen ofrendas y peticiones invocando a Dios pero en el fondo también se invoca la fuerza ancestral de una cultura que había resistido a lo largo de los siglos.
Los lugares que no quise aprender en el colegio los encontré en su verdadera dimensión cuando viajé. Mitos e historias se desmantelaron fueron reaprendidas. América dejó de ser un pueblo lleno de indios. Comprendí que detrás de cada momento de cada persona y de cada experiencia compartida se escondía la verdadera realidad humana. Igualmente en la escalinata de la iglesia sintiendo la efervescencia y la espiritualidad del pueblo Quiché era asombroso sentir la simbiosis de ambas culturas como lo esencial de cada una latía en el fondo de cada plegaria.