Porta Galera
Desde Manila me trasladé en bus a Batangas, y ahí tomé un barco hasta Porto Galera, en la isla de Mindoro, antiguo asentamiento español, que se había convertido en un refugio de retirados en busca de diversión. Me hospedé un poco alejado, en una ladera, así que subía y bajaba en mototaxi. Aquel lugar vivía principalmente del turismo. Numerosos bares go-go y entretenimiento se amontonaban en intrincadas callejuelas que bordeaban la playa. Podía ver profundas bahías y ensenadas con operadores y centros para la práctica del buceo. Luego continué mi periplo descubriendo islas. Así llegué a la paradisiaca isla de Boracay, destino turístico por excelencia de las islas Filipinas, situada a 315 km al sur de Manila.
la isla de Boracay .
La popularidad de esta isla no defrauda, sus playas son idílicas, pero ya estaba potencialmente sobreexplotada, cinco kilómetros tenían la playa blanca de finísima arena, rodeada de hoteles, restaurantes, bares y tiendas. En el lado opuesto estaba Bulabog, donde las colinas canalizan los vientos y se practica kite surf o windsurf. Desde el mirador se podía ver el contraste de colores. Se contemplaban espectaculares atardeceres cuando ondulaban los veleros en el horizonte, bajo un cielo anaranjado.