Articulo publicado en la Nueva España el 4 de diciembre de 2016
Por Myriam Mancisidor.
Carlos Muñoz, de 41 años y pensionista, regresa a Avilés tras siete años dando la vuelta al mundo y después de recorrer 110 países
«¡Está por Cudillero! ¡Ay madre mía que ya está aquí, que ya entró por La Carriona!», exclamaba Feli González, que no podía ocultar su nerviosismo minutos antes de fundirse en un abrazo con su hijo, Carlos Muñoz, «Litos», un avilesino que el 10 de noviembre de 2009 decidió hacer la mochila e iniciar un viaje que finalizó ayer, siete años después, en el mismo punto de partida: Versalles. «Litos» volvió a casa al son de las gaitas que tocaban «Asturias, patria querida». Su familia y sus amigos le organizaron una fiesta sorpresa y a su llegada nadie pudo contener la emoción. «¡Cómo no voy a estar contenta si en estos siete años solo nos hemos visto por ‘Skype’ y es mi único hijo!», decía González mientras «Litos» abrazaba a hijos de viejos amigos que no vio nacer como la pequeña Vera Pérez Suárez, o achuchaba a su abuela Rosa Gómez, que el día de su partida le entregó una figura de la Santina que ayer volvió con él. «Litos», anoche, fue el héroe de Versalles.
En su mochila traía unas bermudas, una bandera de Asturias y un sinfín de aventuras, experiencias, recuerdos y anécdotas como resultado de haber recorrido 110 países. «Esta gente que hoy (por ayer) está aquí es la que ha estado a mi lado estos años porque las personas a las que quieres y te quieren no fallan nunca, ni cuando estás lejos», sentenció este hombre que el próximo 14 de diciembre cumplirá 42 años, ya en casa. «Sobre la marcha podría decir que las fronteras no existen y que el mundo está lleno de buenas personas. He estado en junglas y desiertos y siempre hay alguien que aparece cuando lo necesitas», ahondó. Luego «Litos» siguió recibiendo el cariño de los suyos. De su familia, solo su tía María José González le «visitó» por el mundo; el resto, aguardaba su vuelta en Versalles.
Carlos Muñoz estudió en el colegio San Fernando. Se formó como oficial de montaje y un día sufrió un accidente laboral que le obligó a replantearse la vida. Como consecuencia de aquel percance, «Litos» está jubilado. Decidió entonces perseguir su sueño, el de los grandes exploradores. Colgó un mapamundi en su habitación y poco después estaba embarcando rumbo a Uruguay, su primer destino. Ahora ha vuelto a casa. Él no se atreve a confesarlo, pero su madre sí: «Su cumpleaños y la Navidad van a ser muy especiales pero estoy segura de que volverá a preparar la mochila para seguir viajando». El mundo no tiene fronteras para «Litos».