BAÑOS
Cerca de Riobamba la primera ciudad española fundada en Ecuador ubicada cerca de varios volcanes el Chimborazo estaba inactivo pero el Tungurahua comenzó su última erupción en 1999 se mantenía activo hasta la actualidad. Al día siguiente decidimos acercarnos a la boca del lobo. No tenía explicación pero nos acercamos en autobús hacia Baños el pueblo justo a los pies del Tungurahua lo que es una pequeña y encantadora villa.
Nos adentramos en cañones y rápidos que cortan la ciudad a través del río haciendo rafting. Fueron dos horas de pura adrenalina entre rocas, piedras, montañas cubiertas por el verde de la selva y cataratas que desfilaron ante nosotros suavemente al encuentro de las corrientes del río. En aquel bote junto a otras siete personas nos aventuramos por aquellas aguas gélidas desafiando los cañones y las montañas que nos hicieron sentir como indefensos seres agitados en el agua.
Nuestro hotel se encontraba en las faldas del Tungurahua que parecía dormido pero de vez en cuando resoplaba avisando que estaba despierto. Oíamos sus rugidos desde la habitación donde Vera aquel día dio un salto y se asustó. Los cristales temblaban y los pocos habitantes del pueblo se mantenían alerta. Se realizaban simulacros constantes de evacuación por si el gigante despertaba. Cuando sonaba la sirena en el pueblo todos debíamos acudir al punto de reunión pero nadie se movía pasando por alto el simulacro. Aunque el volcán estaba en proceso eruptivo y podía ser muy peligroso todos los días había una excursión hacia el mirador para ver su emergente lava. Escuchar los zumbidos nos daba una sensación aterradora y plena a la vez. Dormir a los pies de un volcán que bufaba como un toro embravecido es muy inquietante.
Ya era otro día cuando nos dirigimos a ver más cataratas y si no fuese por el frío de aquella mañana de invierno sería una invitación para bañarse en sus aguas. Por la tarde recorrimos las calles de baños con sus lindas iglesias y llegamos a un puente llamado San Francisco donde la gente practicaba puenting en un salto loco de 80 metros. Yo me me atrevi hacerlo aquel día que mis piernas temblaron cuando miré hacia abajo. No me lo pensé y salté liberando toda la adrenalina que me duro en el cuerpo por un largo tiempo.
LAGUNA QUILOTOA
No son muchos kilómetros los que nos separaban de Baños de Quilotoa pero las carreteras son malas y los autobuses se demoran.
Quilotoa es una laguna verde esmeralda que cambia de colores que se formó dentro del cráter de un volcán. Las cuatro casitas que se utilizan como alojamiento básico sirven allí para aliviar las noches frías. Cenamos una sopa caliente alrededor de la estufa y al día siguiente hicimos una breve caminata alrededor de la caldera donde bajamos hasta la laguna.