Cansados del frío decidimos partir hacia la costa del caribe colombiano. El viaje duró más de un día atravesando verdes montañas. Circular de noche por aquellas carreteras la mayoría en obras fue muy lento y pesado pues nos encontramos con muchísimas curvas además de un enorme tráfico de camiones tracto mulas moviendo sus mercancías de importación exportación hacia los puertos del Caribe. Se podían ver en filas retenidos y con todo eso tenía tiempo para pensar. Ya reconocía de viajes pasados la belleza de las colombianas entonces era un reto para mí seguir avanzando con Vera sin sucumbir al deseo de estar con otras mujeres. Antes cuando viajaba solo todo era diferente pero entonces todo había cambiado. Debía tener una fuerte determinación si quería conservar mi relación con Vera aunque eso lo diría el tiempo. El amor estaba llamando a mi puerta pero en aquel momento me inquietaba saber que en pocas horas llegaríamos al mar y que viajaba acompañado.
CARTAGENA DE INDIAS
Al llegar a la planicie ya en Cartagena pasamos por los barrios periféricos bajo una intensa lluvia. Vimos los barrios marginales cuyas calles estaban inundadas y el agua pasaba por encima de las ruedas de los coches. Los pobladores utilizaban las tuberías rotas de los techos como duchas y sacaban el agua de sus casas a paladas donde la basura flotaba. La lluvia había disminuido al llegar al centro colonial que contaba con calles asfaltadas y adoquinadas. En los hoteles había toldos para la lluvia y los mozos nos esperaban a la entrada. Diferente de la pobreza de la periferia el centro histórico de Cartagena de Indias es una joya colonial lo que es hoy una hermosa ciudad amurallada debido a las continuas invasiones de piratas en aquellos tiempos.
A la mañana siguiente en la bahía de Cartagena de indias frente a los potentes cañones de un barco pirata una pareja se casaba y ondeaba en lo alto del mástil una bandera pirata. Mientras tanto para complementar el ambiente en las adoquinadas calles del puerto de la ciudad amurallada las parejas de turistas enamorados paseaban en carruajes tirados por caballos. Era inevitable sentirse envuelto por una atmósfera romántica que invitaba al amor. Admiramos cómo los altos balcones de las mansiones señoriales se engalanaban con plantas y flores mientras caminábamos entre callejones pintados con murales que desembocaban en encantadoras plazuelas.
ISLAS DEL ROSARIO
Playa Blanca sería la mejor playa de Cartagena si no fuera por los vendedores ambulantes. Nos fue difícil disfrutar de aquel descanso pues mucha gente nos insistió en ofrecernos sus servicios de masajes y venta de artesanías. Había que tomárselo con calma darse un tiempo entonces y disfrutar después pues toda aquella gente se gana honradamente la vida con el turismo.
PLAZA DE LOS COCHES
En las arcadas de los edificios frente a la plaza de los coches en el portal de los dulces sobre un mostrador o carrito que cada día podía poner a prueba la debilidad de cualquier hombre o mujer. Venden las señoras sus cocadas un dulce típico elaborado con masa coco rallado acompañado de canela y clavo de olor, también con frutas tropicales, piña con coco, guayaba con coco, arequipe con coco, de anís. Bajo la clara luz o una ráfaga de lluvia y viento un olor dulce al pasar bajo los soportales llega, y esas mujeres vestidas con coloridos trajes que embellecen el centro histórico cuya foto era todo un reclamo para los turistas con su canasto de frutas en la cabeza son las palenqueras afrocolombianas oriundas de san Basilio de palenque el primer pueblo libre de esclavos en América.
Caída la noche con la luna realzándose en las fachadas de piedra e iluminando tenuemente palacios, casonas, las iglesias y plazas de la ciudad vieja.
–¿Te quieres casar conmigo? –le propuse a Vera.
–¿Qué estás diciendo Mala? Lo que es un dicho de brasil que significa algo así como llevar una maleta consigo.
–¡Era una broma! ¡A que soy muy bromista! Le dije a Vera sin evitar reír.
Encontramos una taberna típica de música vallenato y venta de licores. El aguardiente agitaba esa noche bajo las luces de la vieja Cartagena. Era común ver espectáculos de baile en la plaza principal de Santo Domingo. La música costeña tiene gran influencia africana así como de España y las comunidades indígenas. Era una danza de cortejo amoroso.
–Cásate conmigo –le repetí a Vera.
–¡Ay, ¡Mala, calla ya! Eres una Mala.
COPA MUNDIAL DE FÚTBOL DE 2010
Comenzaba el Mundial de fútbol 2010 que se celebraba en Sudáfrica. Vera me contaba cómo lo viven los brasileños. Los trabajos se detienen a la hora de los partidos y todo se paraliza. Vera irradiaba felicidad pues era la primera victoria de la selección amarilla. Finalmente no lo estaba pasando tan mal después de renunciar al trabajo en el banco. Ondeaba orgullosa su pareo con la bandera brasileña por todo Cartagena y nuestra pasión iba creciendo cada día más.