Como referencia de alojamiento tenía una residencia y una iglesia cristiana. Después de perderme logré dar con el lugar correcto, pero no encontraba el alojamiento. Finalmente, encontré mi albergue en la subida a una montaña. Desde ahí gozaba de una vista panorámica de toda la ciudad.
Las casas tenían una combinación de arquitectura alemana y china, procedente de la época del protectorado alemán en Quingdao, entre los años 1898 y 1914. También había algunas casas de influencia japonesa. Además, era curioso ver la cantidad de parejas casándose y a sus maquilladores y peluqueras haciendo su trabajo en las calles. Yo, por mi parte, permanecía solo, aunque pronto, en una breve salida que hice a Nanjing, me encontraría con alguien.
Qingdao es una ciudad portuaria situada en la provincia de Shandong orientada al mar amarillo , puerto marítimo y base naval e industrial, su centro histórico y la estación ferroviaria situada al lado del puerto, el contraste de todo esto con los rascacielos solo separados por una avenida, sus playas rocosas, él te tradicional verde, las semillas y pescados disecados por las calles para vender.
Todo esto me fue regalando Qingdao después de mi llegada pasada por agua cuando caminaba sin rumbo me encontré con la celebración de una boda en una barriada de Quingdao, la entrada al edificio estaba decorada de flores con un gran arco lleno de globos, y su fachada vieja medio cayendo contrastaba con la fila de autos de marca porsche que llegaron uno detrás de otro para ese día especial. Había bailes de dragones en medio la calle y una orquesta sonando al compás de las tracas de petardos que haciendo un gran estruendo no paraban de sonar.
Así fue mi vuelta a la china perdido en las calles de Qingdao entre tracas y dragones danzantes .