Las despedidas nunca son buenas , menos iba a ser esta , sin ser muy consciente en esos momentos que quizás seria la ultima persona de los míos en ver en mucho tiempo , abandono el aeropuerto con paso firme y sin mirar atrás , pero con la suficiente fuerza y voluntad para seguir mi camino , un camino voluntario y gratificante que requiere esfuerzo , porque el camino es ahora mi casa y cada gota de sudor que en el camino deje , un paso mas de libertad daré , un paso mas hacia adelante con la firmeza y sabiduría que algo nuevo aprenderé , con la suficiente entrega y dedicación hacia las personas que en el encontrare , y la voluntad de dar lo mejor de mi , saber que algún día fui feliz , y camine con los pies en la tierra , escojiendo el camino adecuado sin reproches ni ataduras , sabiendo que para dejar entrar cosas nuevas otras hay que dejar salir , así sin mas dejo a mi tía en el aeropuerto y comienzo un nuevo camino solitario y triste , pero a la vez , sintiendo esa necesidad como el comer , ya forma parte de mi , convivo con ella diariamente y si por un tiempo noto que me falta , los sonidos de la soledad llaman a mi puerta , me esperan para compartir trecho y los dos vagamos por el mundo como gritos de oscuridad …….
Salgo del aeropuerto ya de noche , por lo cual la tensión se intensifica y comienzo a sentir de nuevo la adrenalina , me comentan que la parada de autobús donde me dirijo se encuentra unos kilometros a las afueras del aeropuerto , al paso sin mas detengo un autobús , el cual ,con toda la suerte del mundo pasa por ahí , es un autobús repleto de turistas que salen del aeropuerto , el conductor al ver mi incapacidad para caminar , como buena persona me recoje e indica donde detenerme , dejandome justo enfrente de la parada de vams ( furgonetas colectivas locales ) , donde tomare una para llegar a mi destino praia do forte , un poco nervioso y perdido espero , al toke , llega una en la cual me subo y ya entre parada y parada voy intentando orientarme un poquito hasta llegar a mi destino …..
Unos 40 km de recorrido voy viendo como la cantidad de personas suben y bajan en diferentes puntos , digamos que tampoco me dan mucha confianza , quedándose algunos de ellos a las afueras en plena carretera , pero una vez llego al mío se puede ver que es un destino digamos totalmente turístico , sin problema y ya con seguridad me bajo y me dirijo en busca de mi albergue situado hay mismo a unos escasos 50 metros , justo detrás de la entrada de lo que digamos es la calle principal , una pequeña calle rodeada de todo tipo de restaurantes y tiendas donde se maneja toda la vida de esta pequeña ciudad , al final una hermosa plaza con una iglesia y a su derecha bordeando toda la costa una hermosa playa que configura este paisaje , donde van a desovar las tortugas en su época de apareamiento .
Tenia pensado solo detenerme hay un día o dos pues ya buscaba algo mas digamos alejado de las masas turísticas , cualquier otro rinconcito en este inmenso país tal vez en la playa siguiente o en la anterior , pero lo que tiene el viajar es que uno no sabe lo que sucederá al día siguiente , tan pronto tienes un plan como con el chasquido de los dedos desaparece como arte de magia y tienes otro , todo es posible nada es seguro , conozco a ruiz un carioca que viene a descansar una semana de su ajetreada vida en rio de janeiro , digamos a esparcer un poco de su trabajo , es una persona de unos 50 años y ama la música ……
Hacemos buenas migas y así entre alguna que otra hora salimos a charlar , comer y disfrutar un poco de la buena vida ..
Sin darme cuenta pues me paso una semana , la verdad me encontraba agusto con el , nos llevábamos bien y prisa no tenia , aprendía sobre los distintos estilos de música brasileña y en cualquier lugar donde había un indicio de música allá iba ruiz , no tardaba un minuto y su voz de corista acompañaba siempre la música , cantaba como corista en un grupo de rio de janeiro y por lo cual ademas de tocar el piano se sabia todas las canciones , a la mínima canción ya estaba ruiz zarandeándola , alguna que otra vez llegábamos al albergue y nosotros mismos improvisamos con el mp3 que tenia , cuando no , teníamos otra señora y un grupo de jóvenes haciendo algún que otro proyecto social que hacían de orquesta , a la comida y a la cena siempre había concierto , uno solo tenia que echarse en la hamaca a escasos metros y escuchar plácidamente horas y horas , así día y noche pase una semana sin hacer nada , ruiz se unía como corista al grupo y yo me dormía escuchando ritmos brasileños , que mas se puede pedir …………….