Después del ajetreo en carnaval decidimos ir a tomarnos una semana de relax a la paradisiaca isla del Morro de Sao Paolo en la isla de Tinharé (bahía) .
Llegamos a través del ferry que sale todos los días del puerto de Salvador de bahía al muelle de Morro de Sao Paolo donde comenzamos a caminar por la pequeña subida que da a la iglesia Nosa senhora da luz y a la plaza Aureliano Lima, digamos la plaza central donde se concentran al atardecer la feria de artesanato. En esta isla no hay vehículos a motor ni ningún vehículo que circule por la isla a excepción del tractor que recoge la basura. Los Taxis son chavales locales que llegan con sus carretillas para transportar las maletas dando cada uno como propina la voluntad. Es casi imposible perderte puesto que uno debe seguir el camino principal por las calles de arena entre las tiendas y restaurantes que uno se va encontrando al llegar.
Enseguida nos encontramos con la primera playa que se encuentra cerca de la villa y es buena para practicar deportes desde donde vimos a la gente tirarse de una tirolesa dejándose caer desde lo alto del morro a la playa. La segunda playa es la más procurada por las fiestas hasta el amanecer. Para aquellos que prefieren locales más tranquilos con excelentes hoteles posadas y playas semidesérticas la cuarta y quinta playa ofrece una naturaleza casi intacta con extensas playas aptas para largos paseos. Las playas de esta isla atraen a turistas de todo el mundo y con la belleza de la Selva Atlántica fue nuestro idílico paraíso para descansar de la resaca de carnaval.
ISLA DE BOIPEBA
La isla de Boipeba forma parte del archipiélago de Tinharé; está rodeada de un lado por el océano y del otro por el estuario del río do inferno. Boipeba posee varias playas de arena clara con cocoteros. En una excursión en lancha rodeamos la isla y pasamos por las piscinas naturales de Moreré, la playa de Ponta dos Castelhanos, el banco de arena llamado Coroa Grande y la aldea de Cova da Onca. Es un entorno coralino rico en flora y fauna marina con abundancia de peces langostas y estrellas de mar.
Dentro del paseo en lancha en la playa Cueria-Boipeba tuvimos la oportunidad de degustar unas ostras frescas y camaro para concluir el almuerzo con una langosta. Algo muy típico de brasil es comer con los pies en la arena bebiendo una caipiriña o cerveza helada.
Ya llegando el final de las vacaciones nos dimos el lujo de regresar a Salvador de Bahía en avioneta lo cual reduce la distancia y el tiempo de dos horas a tan solo 20 minutos.